Los primeros días, más allá de la violencia focalizada, muchos tuvimos una sensación de esperanza. La gran marcha del viernes 25 parecía ser un punto de inflexión para poder demandar y construir un país más justo, más allá de las señales de uno u otro lado, parecía que se instalaba un clamor transversal. De aSigue leyendo «Y nos habíamos amado tanto»